Nos invade

Al fin ha llegado. Después de muchos años pudiéndolo evitar, al final también ha entrado en casa. Parecía que no iba a llegar, que éramos immunes a él. Pero la realidad es que ya está aquí.

Por desgracia nos ha invadido....

Os hablo nada más y nada menos que del simpático, agradable, juguetón, vacilón (añadir adjetivos al gusto de cada uno/a) virus de la gripe.
Pues si, se presentó ayer en casa, sin avisar, sin una llamada previa, vamos, con una falta de educación digna del más maleducado. Y fue la pobrecilla de mi mujer quien le abrió la puerta.
Ahora es ella la que está sufriendo las consecuencias: fiebre alta, dolor de cabeza y de huesos, cansancio generalizado... y por si fuera poco el muy *** no ha venido solo; se ha traído a su amiga la gastroenteritis.
Me fastidia ver a mi mujer chafada, sin ganas de hacer nada, metida todo el día en la cama... con lo activa que es ella. Pero casi me fastidia más la certeza de saber que, de aquí a unos días, el que tendrá todos estos síntomas seré yo. Porque si algo tiene este puñetero visitante del invierno, es que se pega más que un italiano en una discoteca.

Espero, al menos, que si me contagio (que seguro que me contagiaré) no sea como la última vez que vino a visitarme. El gripazo fue tal que se contagió toda mi familia. Mi pobre hermano se rompió una costilla de tanto toser y se perdió todos los exámenes de la universidad (pillamos la gripe a principios de enero) y yo estuve en cama tres semanas y pude hacer los exámenes del primer semestre gracias a la bondad de uno de los profesores que tenía (eso si que es extraño). Por favor... que no sea así.

Bueno, me queda el consuelo que si caigo enfermo podré dedicar alguna horita más a leer vuestros blogs :)

P.D. Se aceptan apuestas para ver cuando me pongo malo.