Trocitos de papel

No hace demasiados días decidí preparar algo diferente al libro para tratar el tema de la arquitectura en la edad media con los niños y niñas de la clase. Así que me puse a darle vueltas al tarro que para eso lo tenemos.

Y en eso que al cabo de unas cuantas vueltas de tarro, no demasiadas no se vaya a gastar siendo tan joven, caí en una de mis aficiones de cuando era peque. Cuántas horas de mi inocente vida habré gastado con esa afición. Cuántas barra de pegamento habrán quedado pegadas en mis dedos. Cuántos filos de tijera habré desafilado... Y es que esa afición de la que os hablo es la de los recortables.

Recuerdo perfectamente la tienda dónde los compraba. Era una librería de esas de barrio, que tenían de todo, o casi. Gomas, lápices, sacapuntas, reglas, gominolas, revistas y lo más importante... Crucigramas Quiz. ¿Por qué los crucigramas cuando realmente estoy hablando de recortables? Pues la razón es muy sencilla:
Mi padre es un viciado de los crucigramas. Desde que tengo uso de razón lo he visto pegado a un bolígrafo y a un Quiz. Así que cuando él iba a comprarse sus crucigramas el nene ponía cara de corderito degollado y ahí que caía el correspondiente recortable, normalmente de una casa.


Y es que siempre me han gustado, recortarlos cuidadosamente, doblarlos y redoblarlos, aplicar el pegamento en las solapas y montarlos.

No hace demasiado tiempo, cómo no, buscando recursos para la clase de plástica, encontré una página muyyy interesante de recortables (www.papertoys.com) los hay de todos los niveles, pero sobretodo abundan los difíciles. Me animé e intenté construir el del castillo de Neuschwastein.. y lo conseguí :)

Prueba de ello: