Aquel partido, aquellas emociones

Una noticia detenía por unos segundos el corazón de todos los amantes del buen baloncesto, una noticia que sobresaltaba a propios y extraños, una noticia que cambiaba a la NBA por completo.

El 7 de noviembre de 1991, Earvin "Magic" Johnson, en rueda de prensa, anunciaba que había contraído el VIH y que debía retirarse de las canchas de baloncesto. Tal anuncio cayó como una losa entre jugadores, aficionados e incluso entre gente a la que no le interesaba el baloncesto demasíado. El icono del "showtime", el jugador que relanzó, junto con Larry Bird, a una NBA en crisis a principio de la década de los 80 anunciaba que no volvería a vestirse de corto. Las razones: la gente no creía que un jugador contagiado de VIH pudiese rendir como otro sano y, quizá la de más peso, el miedo a contagio por parte del resto de jugadores.

Por suerte para todos nosotros el público americano no se olvidó de Magic cuando las votaciones para el All Star Game de 1992 se contabilizaron. Votaron por el y le escogieron para formar parte del quinteto titular del Oeste tan sólo por detrás de Clyde Drexler. Siguiendo las normas NBA, Johnson no podría disputar ese partido ya que se trataba de un jugador ya retirado. Tim Hardaway ocuparía su lugar.

David Stern, comisionado y máximo mandatario de la NBA, decidió aumentar el banquillo del combinado Oeste a 13 jugadores para dar cabida a Magic, ya que, tal como el propio comisionado comentó: "los aficionados han expresado claramente su deseo de ver a Magic en el partido del All Star. Pensamos que esto es parte de algo mayor que un simple partido de baloncesto".

Para culminar el homenaje, Tim Hardaway, base titular junto a CLyde Drexler cedió su sitio en el quinteto de inicio a Magic. Todos los indicios presagiaban una noche inolvidable.

Y así lo fue... Magic destapó el tarro de las esencias, fue más Magic que nunca y con una soberbia actuación (25 puntos y 9 asistencias) fue declarado el MVP del partido. Todos, jugadores, entrenadores, propietarios y aficionados rindieron un gran y merecido homenaje a uno de los jugadores más grandes y carismáticos que jamás ha dado la NBA. Las estrellas habían dado su respaldo a su amigo, a su contrincante en las canchas. Le habían dado la confirmación que podía volver a jugar. Fue un partido emotivo y aún cuando veo imágenes de él me emociono, pero es que no fue para menos.
Magic demostró que una persona con SIDA podía llevar una vida normal, que podía luchar contra la enfermedad. En definitiva, puso cara a lucha contra el mal del siglo 20.



Magic continuó retirado, hasta que se creó el único e irrepetible Dream Team e Barcelona '92. Allí volvió a deleitarnos con su juego... pero eso es otra historia.

0 comentarios: