Empanadillados

Puede ser que se trate de su mejor gag. Sin duda es el que les lanzó al estrellato. Recuerdo que estaba rodeado de mi familia, en el comedor de mis padres, esperando que empezase el especial Fin de Año de 1986. Ese año Martes y Trece actuaba en esa gala y nadie se esperaba lo que iban a presentar a los espectadores.

Millán con una peluca al estilo abuela "currutaca", con la permanente hecha y de color gris, se sentó detras de una mesa de despacho con un teléfono y un micrófono sobre ella. Mientras, Josema, disimuladamente se escondía tras un biombo donde se podía leer el nombre de la gala con la primera letra descolgada.

En ese momento empezaba una de las parodias más desternillantes que he podido presenciar en mi vida. Se quedó clavada en mi retina para la eternidad a pesar de mi tierna edad.


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